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Las sillas de ducha son una herramienta esencial para mejorar la seguridad y comodidad de las personas mayores durante el baño. Elegir el modelo adecuado puede prevenir caídas y hacer que la rutina diaria sea mucho más fácil y segura.
¿Por qué usar una silla de ducha?
La ducha es una de las zonas más peligrosas del hogar para una persona con movilidad reducida. Las superficies mojadas aumentan el riesgo de resbalones. Una silla de ducha proporciona estabilidad, independencia y seguridad.
Factores clave para elegir una silla de ducha
- ✅ Material antideslizante: tanto en las patas como en el asiento.
- ✅ Altura ajustable: para adaptarse a la estatura del usuario.
- ✅ Reposabrazos: facilitan sentarse y levantarse.
- ✅ Respaldo: aporta mayor confort y estabilidad.
- ✅ Fácil limpieza: fabricadas en materiales resistentes al agua.
3 modelos recomendados
Silla de ducha con respaldo y reposabrazos Mobiclinic
Fabricada en aluminio inoxidable, esta silla es ligera, resistente y cuenta con patas antideslizantes. Ideal para usuarios que necesitan un soporte firme y cómodo.
Silla de ducha sin respaldo PEPE Mobility
Compacta, fácil de mover y perfecta para duchas pequeñas. Soporta hasta 120 kg y se ajusta en altura. Ideal para uso puntual o en hogares con espacio limitado.
Silla de baño con ruedas y frenos
Esta silla permite ser utilizada dentro y fuera de la ducha. Cuenta con ruedas bloqueables, reposabrazos abatibles y diseño ergonómico. Ideal para personas con muy poca movilidad.
Conclusión
Una buena silla de ducha puede marcar la diferencia en la calidad de vida de una persona mayor. Considera las necesidades específicas del usuario y el espacio disponible antes de elegir. Los modelos recomendados en esta guía son opciones seguras, cómodas y bien valoradas.
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